La piel y el cine son una combinación de elementos capaces de originar tremendas leyendas. La piel del monstruo más famoso del cine kaiju, Godzilla, escondió durante décadas la de un actor de carne y hueso que aún sigue vivo, lo que lo convierte en la mayor leyenda viva del cine de monstruos japonés. Se trata de un hombre relativamente desconocido para muchos fans del cine, e incluso para los seguidores del género, lo cual dice mucho de su capacidad de hacernos olvidar que el memorable lagartón es en realidad una piel de látex que recubre a un hombre en calzoncillos de complexión atlética y pecho musculado haciendo estudiados aspavientos. Su nombre es
Haruo Nakajima, y durante los dieciocho años en los que interpretó al celebérrimo monstruo fue considerado como imprescindible por el director de efectos especiales
Eiji Tsuburaya. "No sé por qué me eligieron para aquel trabajo, pero mi labor era interpretar cualquier papel que me encargaran. Un actor jamás debe decir no." Tras una visita al zoo, Nakajima estudió los movimientos de elefantes y osos e interiorizó el modo de moverse como un monstruo de miles de toneladas y poder para arrasar una ciudad. Durante sus casi dos decadas de monstruismo tuvo varios accidentes, algunos casi cómicos como perder las cejas por una explosión de pólvora, a otros más serios como caer a una piscina desde un séptimo piso. Al acabar cada rodaje, Tsuburaya le agradecía haber sobrevivido una película más. En 2010, tras varios años retirado, consideró poner sus memorias en un libro inédito en nuestro idioma llamado
Kaiju Jinsei ("Vida de Kaiju") que fue publicado por la editorial Yosensha en 2010. Tras retirarse,
Nakajima siguió prestando atención a las siguientes películas en la saga, pero nunca quedó del todo satisfecho con las actuaciones de sus sucesores... porque imitaban demasiado los movimientos que él diseñó. Es lo que tiene ser "Mister Kaiju".
